Esta es una de esas sorprendentes preguntas frecuentemente formuladas y relacionadas con el cuerpo humano, y hasta el momento no se ha realizado ninguna investigación al respecto.
El descenso en la temperatura, relacionado con la exposición de partes del cuerpo cubiertas normalmente, podría ser una causa obvia. Ya más en serio, el tembleque es un ejemplo del funcionamiento del sistema nervioso autónomo (SNA) del cuerpo humano.
No somos conscientes del SNA. Funciona de forma automática, por eso se le llama “autónomo”, lo cual significa literalmente: “que se controla a si mismo, que trabaja de forma independiente”. El reflejo de la micción se transmite a través del SNA. La intensidad de este reflejo está relacionado directamente con el estiramiento de la vejiga. Por ello, el nivel de tembleque se relaciona generalmente con la cantidad de orina retenida por la vejiga en el momento de la micción.
El SNA tiene dos divisiones. El primero es el sistema nervioso parasimpático (SNP) y el segundo el sistema nervioso simpático (SNS).
El SNS tiende a mantener la vejiga relajada y el esfínter uretral contraído. Esta es la razón por la cual no sufrimos “accidentes” mientras nos concentramos en alguna otra cosa. Por tanto, es correcto decir que cuanto más “desesperado” está uno en respuesta a la hinchazón de vejiga, más trabaja el SNS para mantenerte seco.
La respuesta del SNS incluye la liberación desde el cerebro de compuestos químicos cerebrales que hacen que la médula adrenal (también llamada médula suprarrenal) produzca catecolaminas (epinefrinas y norepinefrinas) y dopamina para que puedan realizarse las reacciones corporales necesarias. Cuando surge la oportunidad de permitir que la división parasimpática del SNA tome el control, la variación en la producción de catecolaminas provoca probablemente el escalofrío.
Hasta el momento no se han realizado experimentos en laboratorio, pero seguramente su realización corroboraría esta explicación.
En cualquier caso, en el momento de la micción, existe un ligero alza en la presión arterial y un momentáneo rubor o euforia poco después de la relajación del esfínter uretral. Hay quien encuentra placentera esta sensación. En este momento algunas personas dicen “ah”. Esta misma respuesta en su forma más extrema, provoca desmayos. Todos estos fenómenos se deben al SNA, que realiza su trabajo.
Fuente:
Maikelnai's blog